Llegó septiembre, un mes lleno de orgullo y celebración en todo el país. Durante el mes de septiembre, los mexicanos conmemoran la independencia de México con fiestas en los alrededores, comida, amigos, nada de eso debe faltar. Este mes es una ocasión perfecta para reflexionar sobre la historia y la identidad mexicana, y una parte importante de esa identidad es el fútbol. En este blog, exploraremos el jersey de México de 1958, una prenda en la historia del fútbol mexicano y que es especialmente significativo en el Mes Patrio.
Para ponernos en contexto, en ese año se disputaba La Copa del Mundo de 1958, celebrada en Suecia, que marcó un hito en la historia del fútbol mexicano. Fue la segunda vez que México participó en un torneo de la FIFA. México se enfrentó a equipos como Hungría, Suecia y Gales. México no tuvo una buena participación, quedando en el último lugar de su grupo con tan solo 1 punto. Teniendo en su plantilla a jugadores como Salvador Reyes, Carlos Blanco, Jaime Belmonte y el legendario arquero Antonio “La Tota” Carbajal.
Dejando a un lado la participación de México, enfoquémonos en el jersey que usaron en ese entonces. Hay que considerar que por primera vez se usó el color verde, con un diseño sencillo en donde se destacaba el escudo con los tres colores de la bandera mexicana y el nombre de México de manera triangular. Los colores de la bandera, verde, blanco y rojo han sido por años la base del uniforme que portan los seleccionados, sin embargo no siempre fue así, ya que en sus inicios la selección usó otro uniforme con un color muy distinto al que conocemos, el color vino.
Un jersey bastante interesante, contando con un cuello polo de tipo V, usando el primer escudo oficial de la selección mexicana en la parte izquierda del pecho y obviamente con el distintivo color vino. Simple pero con un toque de elegancia y distinción al diseño. Años después, este diseño seguiría siendo una fuente de inspiración para las equipaciones de la selección mexicana.
Aunque desde los orígenes no fue como se esperaba la participación en los mundiales para México, el jersey de 1958 es un recordatorio perdurable de la importancia del fútbol en la cultura mexicana y de cómo este deporte puede unirse con el espíritu patriótico. Durante todo este mes veremos más jerseys históricos, jugadores importantes en la historia, además del impacto que tiene en la actualidad, y sobre todo el orgullo de ser mexicanos.
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