El 24 de junio de 2007, la Selección Mexicana enfrentó a su más acérrimo rival: Estados Unidos, en la gran final de la Copa Oro. El escenario era imponente: el Soldier Field de Chicago, repleto de miles de aficionados divididos por colores, pero unidos por la pasión del fútbol. En medio de ese ambiente vibrante, una figura destacaba con autoridad, orgullo y experiencia: Cuauhtémoc Blanco.
A sus 34 años, Cuauhtémoc era el alma del equipo. No sólo por lo que representaba como ídolo, sino por su fútbol, su liderazgo y esa chispa que lo convertía en único. En aquella final, Blanco fue el conductor del ataque mexicano, repartiendo balones con inteligencia, jugando de espaldas, provocando faltas y levantando al equipo cada vez que parecía apagarse.
⚽ Al minuto 44, México se adelantó con un golazo de Andrés Guardado, tras una jugada iniciada por Cuauhtémoc. El Tri soñaba con levantar otra Copa Oro. Sin embargo, en la segunda mitad, un penal polémico y un golazo de Benny Feilhaber le dieron la vuelta al marcador. Estados Unidos se llevó la victoria 2-1.
💔 Más allá del resultado, ese partido fue la última final de Cuauhtémoc Blanco con la Selección Mexicana en una Copa Oro. Una despedida simbólica de uno de los jugadores más icónicos que ha vestido la camiseta nacional. Con su andar pausado, su mirada desafiante y su amor eterno por el balón, Cuauhtémoc se fue como los grandes: dejando todo en la cancha.
Aquel día, el Tri perdió una final… pero ganó otra página dorada en su historia gracias al legado de su 10 eterno.
#CuauhtémocBlanco #CopaOro2007 #MéxicoVsUSA #LeyendaDelTri #El10Eterno #SelecciónMexicana #FútbolConPasión #SoldierField #TriFans