El 25 de julio de 1993, el Estadio Azteca fue testigo de uno de los capítulos más memorables en la historia del fútbol de la CONCACAF. Frente a más de 120,000 espectadores, México y Estados Unidos se enfrentaron por primera vez en una final de Copa Oro, dando inicio a una rivalidad que, hasta hoy, sigue escribiendo nuevas páginas cargadas de emoción y orgullo nacional.
En los años noventa, el fútbol en la región comenzaba a tomar forma con torneos más organizados. La Copa Oro creada apenas en 1991 buscaba consolidarse como el torneo más importante de selecciones en Norteamérica, Centroamérica y el Caribe.
México llegaba con sed de revancha: dos años antes, en la primera edición del torneo, Estados Unidos se había coronado campeón. Pero ahora, la final sería en casa, en el coloso de Santa Úrsula.
🏟️ El escenario: Estadio Azteca, 120 mil voces al unísono
El ambiente era electrizante. Desde tempranas horas, miles de aficionados se congregaban para alentar a la Selección Mexicana. El Estadio Azteca, con capacidad desbordada, se pintó de verde, blanco y rojo. El himno nacional retumbó como una declaración de guerra futbolística.
La temperatura y la altitud también jugarían a favor de México, pero el verdadero factor diferencial fue el espíritu del equipo y el hambre de gloria.
⚽ El partido: dominio tricolor
Desde el silbatazo inicial, México mostró su autoridad. El equipo dirigido por Miguel Mejía Barón fue dinámico, ofensivo y efectivo. El primer gol cayó temprano, y la euforia fue creciendo jugada tras jugada.
Los goles del partido fueron obra de:
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⚽ Ignacio Ambriz (minuto 11)
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⚽ Desmond Armstrong (autogol, minuto 31)
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⚽ Zague (minuto 71)
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⚽ Guillermo Cantú (minuto 80)
Con un claro 4-0, México no solo ganó el trofeo, sino que mandó un mensaje claro a toda la región: el rey del área había vuelto.
🏆 Un título que redefinió la rivalidad
La victoria de México en 1993 no fue solo un campeonato más. Fue el inicio de una era de dominio mexicano en la Copa Oro y el punto de arranque de una rivalidad moderna con Estados Unidos que sigue tan viva como entonces.
Con esta final, México no solo recuperó el trono, sino que también despertó una generación entera de aficionados que verían en este tipo de partidos algo más que fútbol: identidad, orgullo y pasión.
📌 ¿Lo sabías?
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El Azteca registró más de 120,000 asistentes, uno de los mayores récords en la historia de la Copa Oro.
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Fue la segunda edición del torneo y la primera vez que México y EE. UU. se enfrentaban en una final.
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México no recibió ningún gol en todo el torneo.